lunes, 16 de junio de 2008
Final-Principio
Cogí tu mano fuertemente, como si fuera a venir una marea de gente y me fuera a separar de ti para siempre. Apreté mis dedos con los tuyos, intentando decirte que no me soltaras nunca. Te miré a los ojos y pudiste comprobar que todo lo que mi cuerpo te decía era verdad. Que te quería. Que te había querido mucho. Tal vez más de lo que nadie te querrá jamás. Que habría dado cualquier cosa por ti, hubiera cambiado todo solo con que me lo hubieras pedido. Me acerqué más a ti y te besé suavemente en la mejilla. Sellamos nuestro final (o principio) con el beso más dulce que ha ocurrido en estos dos años de relación intermitente. Después reímos y bailamos hasta el amanecer, sabiendo que todo estaba bien así. Que de todo el amor derrochado quedaba un enorme cariño que no iba a separarnos jamás. Sabiamos que estabamos unidos para siempre. Estuvieramos donde estuvieramos volveriamos a encontrarnos y solo con mirarnos a los ojos podríamos averiguar cualquier pequeño detalle de nuestra nueva vida. Ya no podíamos separarnos, estabamos unidos por algo tan fuerte que ni siquiera nosotros teníamos la oportunidad de controlar.
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