Hay un montón de razones...
Despedirse repentinamente, como si la vida que has vivido durante los últimos meses no fuera parte de ti. Abandonar todo lo que has sido en ese tiempo para volver a lo que fuiste. Sonrisas, manos, caras que no volverás a ver. Gente que ha formado parte de ti que no estará más. Temer olvidar esa sensación de libertad que has podido comprobar que existe. Querer estar en tantos lugares al mismo tiempo. Compartir sensaciones y carcajadas con todo el mundo que se lo merezca. Ser fuerte y aprender a vivir sin necesitar. No olvidar pero jamás aferrarse a un recuerdo. Saber dar amor y recibirlo. Compartir. Creer en ti por encima de todas las cosas.
...pero a veces las razones no importan.
miércoles, 18 de marzo de 2009
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