A veces las cosas son totalmente como te las contaban en los cuentos de pequeño. Otras, en cambio, todo es tan complicado, que no se sabe muy bien como afrontar la historia.
La vida es eso, una historia llena de cuentos. Eso es lo bueno, poder vivir tantos cuentos como imagines. Vivir en un bosque o en la playa, vivir bajo el mar o a contracorriente, vivir deprisa, vivir soñando o vivir viviendo. Al final lo importante es eso, vivir.
Lo que hay que hacer es aprender a quedarse con las moraleja de los cuentos: que una piedra hace que te tropieces, la próxima vez la esquivas; que quedarse quieto no sirve de nada, la próxima vez echas a correr; que ignorando nada se consigue, la próxima vez lucha.
Y así ir creando cuentos a lo largo de la vida, y al final construir tu historia.
No dejes que los problemas te hundan. No dejes que tu historia se quede en un solo cuento.
miércoles, 14 de mayo de 2008
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